domingo, 14 de noviembre de 2010

SINGAPUR, UN TROCITO DEL CIELO EN LATIERRA


Volaba  con la aerolínea de bajo coste JetStar por solo 50 euros, desde Hong Kong a Singapur. Cuando el avión se disponía aterrizar, empecé a entender que me encontraba en un paisaje muy distinto al que estaba ya acostumbrado. Desde el cielo, miles de palmeras dejaban entrever que este país nada tenia que ver con lo visto hasta ahora. El clima de este pequeño país, es sobretodo muy caluroso.


Singapur es un pequeño pais, entre Malasia e Indonesia y apesar de su pequeño tamaño es el segundo país del mundo con mas densidad de población y el cuarto centro financiero a nivel mundial. Si te preguntas que hay que ver aquí, la verdad es que mas bien poco, los autoctonos dicen que es un pais aburrido, pero si vienes al sureste asiático, este es otro lugar al que vale la pena visitar, aunque tan solo se por un par de días como yo he hecho.

Nada mas llegar te das cuenta de que algo raro pasa. No hay ruidos, nadie usa el claxon en el coche, no se oyen las sirenas de las ambulancias, nadie grita, la ciudad es extremadamente silenciosa e impecablemente limpia, por no haber no hay ni mendigos, es como si fuese una sociedad perfecta, mas bien sacada de una película estilo el show de Truman. Pero todo tiene una explicación. La ley aquí es severa, perdón, muy severa contra todo aquel que no cumpla las normas de convivencia. A diferencia de España, aquí el delincuente no sale de comisaria antes que la victima, no se les da maravillosas cárceles, y ni mucho menos se les excarcela por buen comportamiento. Aquí el delincuente no existe. Solo por entrar droga al país, aunque sean pequeñas cantidades, la condena es la pena de muerte. Robar no esta en la mente de  nadie, ya que las penas son desorbitadas, y no vereis ni una sola pintada en las calles. Un joven americano que realizó una pintada, fue condenado por un Juez a 15 latigazos, que tras las protestas de Estados Unidos se rebajaron a 7. Y es que Singapur es famoso porque aquí esta prohibido casi todo, con altísimas multas en caso de no respetar la Ley. Prohibido el nudismo, prohibida la venta de chicles, prohibido fumar en casi todas partes, prohibido tirar algo al suelo, prohibido beber en la calle, prohibido, prohibido, prohibido, esa es la palabra que hace posible que esta sociedad parezca irreal, pero que al mismo tiempo le confiere a Singapur una belleza y una paz casi increíble. En definitiva, aqui no vereis policias por las calles, porque no hay nadie que se atreva a delinquir. Un país alejado de toda pobreza y que invita a la gente de bien a ser el lugar idóneo para vivir.


La vida aquí  a nivel económico, es como en España. Los salarios similares, los precios idénticos, e incluso salir de copas sale un poco mas caro que en España. Pero no hay apenas diferencias, salvo que su nivel de desempleo es casi inexistente comparado con España, algo facil de entender con la que nos esta cayendo.

Pero esta ciudad o país como querais llamarlo tiene algo que ofrecer. Junto a su centro financiero se encuentra el principal simbolo de la ciudad, la estatua de Merlion, una especie de leon, que ademas es una fuente.







Y justo enfrente se encuentra el hotel mas llamativo de la ciudad,  el Marina Bay, un hotel que consta de tres rascacielos y en su parte de arriba, tiene una enorme terraza con forma de barco, y que es lugar de entretenimiento de los clientes, con una enorme piscina, decenas de palmeras y varios lugares de ocio.



Pero la isla mas popular de Singapur se llama Sentosa. Sentosa es el parque recreacional de los adultos, como un Disney World particular, donde uno puede disfrutar de infinidad de atracciones, pero por las que tiene que pagar altos precios.

Personalmente estuve en Sentosa, y lo mas divertido para mi fue el acceder atraves de un monorail a la isla en cuestión.
Esto es parte de la isla de Sentosa, pero prohibido a los bolsillos pobres y es como todo, si no hay dinero uno se pregunta que hace allí, y sobretodo en un sitio tan artificial.









Como mi estancia en esta ciudad coincidía con el sábado noche decidí pasar la noche de fiesta en Clarke Quay, la zona de copas mas popular de Singapur, donde se junta lo mas “pijo” de la ciudad. Las vistas junto al río son hermosas, sobretodo al anochecer. Es un sitio chic, imprescindible si uno quiere formar parte de esa atmosfera nocturna. Así pues pase una noche estupenda rodeado de gente asiática que se sentía atraída por el hecho de que un español se dejase caer por su pequeño país, en habitantes y extensión similar a Dinamarca.

Pero no hay mucho mas que hacer aquí. Los dos barrios mas populares a lo que etnias se refiere, son como no, la siempre Chinatown presente en todas las ciudades importantes del mundo y Little India. Lugares perfectos para ir de compras y regatear un poco y también disfrutar de sus casas pintadas de diferentes colores.


Pero este fin de semana coincidía con un encuentro internacional Manga, ya sabéis esos dibujos japoneses, en los que sus seguidores se disfrazan como auténticos freaks y siguen fieles a la causa manga. Pensé ir, pero los casi 30 euros que costaba la entrada al evento me tiro para atrás. Un precio muy caro para rodearme de freaks, y gente de lo mas extravagante.

Tras pasar un par de días en este país, como no tiene mucho mas que ofrecer, me marcho a Malasia. Se puede hacer en autobús desde Singapur, y el precio es de tan solo 10 euros. Desgraciadamente desconocía este hecho y decidí comprar un billete de avión, por unos 40 euros, como veis tampoco es una cantidad grande. Malasia tiene mucho que ofrecer, y allí pasare mis próximas dos semanas. Este pais es un paraiso terrenal, pero ya voy preparándome para sus lluvias, y es que voy a llegar en plena temporada de monzones y eso puede  estropear la visita a sus islas paradisiacas.