sábado, 30 de octubre de 2010

PEKIN Y LA GRAN ESTAFA CHINA


 


O mejor debería de decir, la Gran Muralla China. No, la culpa no es de la muralla, una de las siete maravillas del mundo, sino más bien, todo lo que alrededor de ella se mueve.

El caso es, que tras consultar con diferentes tour-operadores las posibilidades de visitar las distintas partes de la Muralla China, me decanté por una que era la mas turística por ser la mejor conservada, la de “Badaling” y aunque no era la mas barata,  me ahorraba el madrugar y además me ofrecían un copiosa comida al mediodía, cerca de la Gran Muralla.

 Elegí esta opción pensando que no era necesario estar todo el día en la Muralla. Además otros turistas me comentaron que les habían llevado a otros tramos de muralla menos turísticos y que se encontraban casi destruidos. Decidí preguntar si en la excursión por la que pague 300 yuanes (35 euros) estaba incluida algún tipo de compra, ya sabéis de esas que te llevan a fabricas y tratan de venderte algo de lo que finalmente siempre te arrepientes. Me dijeron que solo había una compra de veinte minutos.



Bueno, pues este tour-operador, además de no hablar apenas ingles, no debe de entender de números o tenía muy clara su estafa (algo que tengo claro), porque solo fueron dos horas en la Muralla, y unas ocho horas de paseo dedicados a intentar que malgastase mi dinero, algo que como podéis imaginar no hice. Fábrica de gemas, fábrica de edredones, clínica de masajes (una secta en toda regla), centro comercial de cerámica y baratijas, centro de tes variados chinos, y así varios antros comerciales mas, en los que desperdicie mi tan deseado día en la Muralla China. Si, estuve en la Muralla… ¡¡dos horas!! eso es poco menos que una ofensa a los 4 millones de chinos que murieron durante su construcción.

 Lo dicho una estafa en toda regla. Si alguna vez vais a China, jamás contratéis una excursión con “Shopping”, os garantizo que os arrepentiréis.

Independientemente de este pequeño percance, estuve en el que dicen es el mejor tramo de la Gran Muralla y esta ofrece unas vistas hermosas de las afueras de Pekín, así como otros tramos de la Gran Muralla, que son recorridos por mas turistas. Vale la pena visitarla, pero cuidado con los sobreesfuerzos, esta es toda una prueba de fuego para vuestra condición física y para mi también lo fue.





Y tras el sabor agridulce de la Gran Muralla, o mejor dicho de la excursión contratada a la misma, decidí al día siguiente recorrer por mi cuenta, eso si, muy bien documentado, las que creo que son las tres principales maravillas de Pekín: La Ciudad Prohibida, El Templo del Cielo y el Palacio de Verano. Finalmente tuve que hacerlo en dos días, pero fue una magnifica decisión e hizo olvidar todo lo ocurrido con el estafador del tour-operador.




La ciudad Prohibida

He de reconocer que no tiene la magia de los feudos europeos, ni hermosos canales, ni enormes edificios, pero esta ciudad amurallada, tiene su atractivo, ya que cuenta, con 9.999 habitaciones, y desde 1422, este era el centro de la vida política y militar del Imperio chino, bajo el gobierno de 24 emperadores (14 de la dinastía Ming y 10 de la dinastía Qing). Por cierto el acceso a este palacio estuvo prohibido al pueblo durante siglos. Aunque es interesante el lugar, creo que no es necesario perder mas de una mañana en ella.


El Templo del Cielo

 Se encuentra situado al sur de la ciudad y antes de entrar al recinto del mismo, os sugirió que lo hagáis por su puerta este, y así comáis un sabrosísimo sándwich que preparan justo enfrente de la entrada. Por solo 60 céntimos de euro, creerás estar comiendo un trocito de cielo. Bueno, dejando ese maravilloso lugar (al que regresé en varias ocasiones desde la otra punta de la ciudad, solo por volver a saborear ese sándwich), quiero adentrarme en el parque donde se encuentra esta relación especial que los chinos tienen con el cielo. Al menos los chinos de hace 500 años, y es que este era el lugar donde los emperadores de las dinastías Ming y Qing ofrecían sacrificios al Cielo y oraban para pedir buenas cosechas.





Pasar una tarde entera en él relaja mucho, ya que mientras que paseas por sus enormes caminos,  te encuentras rodeado de pájaros, enormes árboles y se escucha música armoniosa, como queriendo invitar al descanso y a la meditación.

Palacio de Verano

Es lo mejor sin duda alguna de Pekín. No es un parque mas, es el “Central Park” de Pekín, con su enorme lago, su hermoso Palacio y sus puentes de película romántica.  Durante mi visita, cogi un barco por solo 1 euro, con forma de dragón, que te cruza el parque de un extremo al otro y desde el que puedes divisar las torres de la China mas tradicional. Realmente algo inolvidable y hermoso a la vez. Esto fue la guinda a mi viaje en Pekín. Tenia que preparar mi maleta, porque mi tren a Shangai, salía al anochecer.


Ahora escribo estas letras desde el tren-cama de Pekín a Shangai. Por unos 70 euros, puedo ir durmiendo en un compartimento con cuatro camas, y con todo lujo de detalles, pantalla de plasma, música, etc. El tren en el que voy, circula en estos momentos a 340 km/hora, pero en ciertos momentos de la noche, dicen que alcanza los 400 km/h.. En tan solo diez horas llegare a Shangai, una ciudad al sureste de Pekín y que parece ser, nada tiene que ver con la China a la que estamos acostumbrados. Por cierto, este fin de semana, es el ultimo de la Expo en Shangai, y a lo mejor me dejo caer por el pabellón de España, a ver que se cuentan nuestros compatriotas.



El próximo capitulo, si el tren no descarrila, os escribo desde Shangai, majos.