Cuantas expectativas creadas con este viaje por Asia y de que manera se ven rotas por motivos que ni imaginaba. Desgraciadamente he de comunicaros que Bangkok es mi última escala en Asia. No es por falta de presupuesto, ni por falta de ganas de seguir viajando, ni por el hecho de viajar solo, ni por que eche de menos España,…. es porque un Notario, quien es conocedor de que estoy en paro, me ha llamado para trabajar con el.
Ha sido una decisión difícil, meditada, ya que para mi por encima del “sentido común laboral” siempre prevalece el sentido común moral, ese con el que uno se siente bien, y no con el que los estándares que la sociedad nos impone. Ni siquiera le pedí trabajo, ni siquiera lo busque, simplemente, hace pocos días recibí una llamada. Hacía cuatro años que había dejado un curriculum en esa Notaria, y me llaman para trabajar. Mi primera impresión, es que quiero seguir viajando, que no quiero que nada interrumpa mis planes. Pero luego, el sentido común laboral, me hace ver que en España no esta la situación para ir diciendo que no a un trabajo. Que además soy afortunado por el hecho de que alguien se preocupe en ofrecerme algo que mucha gente en España anhela. No puedo decir que no, porque de alguna manera estaré también cerrándome una puerta a futuros viajes. Soy un currante como otro cualquiera, y sin dinero y sin trabajo, pocos viajes se pueden hacer.
Así pues he decidido interrumpir (que no abandonar) mi viaje por Asia. No se por cuanto tiempo será, pero este Blog seguirá abierto, porque estoy seguro de que antes de que pase un año podré retomar lo que repentinamente he tenido que dejar.
Os pido disculpas a aquellos que me seguís con ilusión, que se que sois bastantes. El día cuatro de este mes regreso a Valencia. Serán quince horas de vuelo, mas otras tantas de autocar y luego, lo mas deseado, el encuentro con la familia y los amigos. También el encuentro con mi querida cama, que en estos dos meses no he conseguido dormir bien en ninguna.
Pero de este viaje me llevo muchas cosas positivas:
De Tailandia y Malasia, las personas, amables y sonrientes, siempre saludándote aunque no te conozcan de nada. También la comida, de una calidad extraordinaria y cuyos sabores nunca antes había probado. Y por supuesto las playas, lugares que hasta ahora solo había visto en fotografías y que ahora se que de verdad existen.
De China, curiosidades, como el cruzar la calle al mismo tiempo que lo hacen los chinos. A no usar mi tarjeta de crédito si es posible (aun no he averiguado porque me faltan 140 euros). El sentirte genial, navegando por el rio Li, en Yangshuo. O el descubrir que Shangai es mucho mas que una ciudad china.
De Hong Kong, el Skyline de la ciudad, con ese concierto sonando al unísono de sus rascacielos. O ese gran Buda, sueños de una infancia y al que solo se puede llegar por teleférico.
De Singapur y de Dubai, la tranquilidad, la extrema seguridad inapreciable para los turistas, la limpieza de sus calles, la perfecta armonía entre las personas y las ciudades, y sobretodo la belleza de sus ciudades.
Muchas cosas buenas, que en dos meses he podido compartir con todos vosotros. Simplemente, espero en un futuro seguir contándoos las anécdotas que me vayan sucediendo sea en el lugar del mundo que sea. Una vez mas, gracias por haberme seguido.
Por ultimo, dejadme que os hable de una ciudad llamada Bangkok. Mejor os lo cuento en el siguiente y final capitulo de “paseando por Asia”. Ahora me encuentro en el aeropuerto de Bangkok y os aseguro que esta ciudad es un lugar obligado al que hay que regresar.