martes, 9 de noviembre de 2010

EN LA TIERRA DE SON GOKU



Hace un par de meses en Valencia, compré un teléfono móvil y encontré una imagen de fondo en la que se veía una canoa entre unas preciosas y casi imposibles montañas, y pensé que ese lugar en el mundo no podía existir. Y cosas de la vida, dos meses después de haber comprado ese móvil, estoy en ese mismo lugar y la fotografía, no es comparable con la realidad.



Entre Guilin y Yangshuo existe un lugar conocido como Sangri-la. Hay pocos lugares en el mundo comparables a este. Tenía la opción de contratar esta excursión por 120 yuanes (12 euros), pero era con mas gente, y no quería gritos, no quería conversaciones aburridas, no quería un guía en ingles, no quería fotografías idiotas que estropearan el momento, quería ese momento para mi solo.



Por 300 yuanes (30 euros) una agencia me ofreció la posibilidad de hacer el tour en privado. Un precio muy alto en China, pero merecía la pena. Un lujoso coche vino a buscarme a mi hostal. El chofer me llevo hasta Xingping, una pequeña aldea a 90 minutos de Guilin y de camino a Yangshuo. Allí, una canoa de bambú junto a su dueño, me esperaban para llevarme hacer el recorrido por el río Li.

Nada mas comenzar el recorrido empecé a ver las siluetas de enormes montañas que se erigían como vigilantes de los que navegábamos por el río. Pero conforme la canoa avanzaba, el horizonte era cada vez mas hermoso. Como iba solo en la canoa, me puse en la parte de delante, donde no había asientos, necesitaba sentir todo aquello de la manera mas intensa.






Jamás en ninguno de mis viajes, vi nada parecido, decenas de montañas agolpadas unas junto a otras, todas con formas cónicas y con frondosa vegetación hasta sus escarpados acantilados. El río apenas es profundo y su fondo lleno de algas que no dejaban ver sus profundidades. Cuando de vez en cuando me cruzaba con alguna canoa, la gente me miraba como si yo fuese alguien famoso, de hecho hasta una canoa de asiáticos se hartaron de hacerme fotos. En fin…estos hacen foto a todo lo que se mueve.



Durante dos horas pude disfrutar del panorama y al regresar a puerto, el chofer me llevo a una casa del pueblo donde me habían preparado abundante comida. En principio esto no entraba en el precio, pero presione a la agencia y accedieron a ponerme el menú. La familia muy agradable había cocinado tanto que no sabia por donde empezar. Lo malo es que nadie hablaba ni una palabra de ingles y parecíamos mas bien mimos intentando comunicarnos por mímica. Luego le dije al chofer que quería que me dejara en Yangshuo, una pequeña población, al sur de Sangri-la y destino final de mi viaje en China. Allí pase mi primera noche.




Yangshuo es un pequeño pueblo ubicado en el centro de todo este maravilloso paraje. Por la mañana al levantarme, decidí alquilar una bicicleta y en compañía de unos amigos de Francia e Israel que he conocido en Guilin, nos hemos dirigido a través de estas majestuosas montañas hasta un lugar llamado “Dragon Bridge”, un pequeño puente desde el que se puede ver toda la belleza del entorno.






El recorrido es casi como regresar a la España de los años 30. Mujeres lavando la ropa en el río, lo hombres en la huerta con esos sombreros puntiagudos y tan característicos de los chinos, y los niños mientras tanto jugando con los bueyes. Ha sido un día perfecto, pero como todo día perfecto le faltaba lo mejor, la noche perfecta y eso es lo que ha conseguido que estas sean las mejores veinticuatro horas desde que empecé este viaje.



Uno no puede llegar a imaginar un espectáculo de esta magnitud. Al anochecer casi a las afueras de Yangsuo y junto al río Li, se celebra un show que apenas puedo describir. Mas de 1.000 cantantes y actores, vestidos con ropas llamativas, que incluso se iluminan, desfilan, cantan y bailan al son de la música y de las luces, y como decorado final, las maravillosas montañas de Yangshuo. El espectáculo dura una hora y su precio es caro, 180 yuanes (18 euros), pero os puedo asegurar, que es la puesta en escena mas espectacular que jamás he visto. Yangshuo, es la octava maravilla del mundo.





Y esta es ya mi ultima noche en esta población del sureste de China. Cuando estéis leyendo estas letras, estaré en un tren cama de camino a Hong Kong, lugar en el que ya no hay censura y podré escribir en mi blog y contestar a vuestros comentarios.