lunes, 29 de noviembre de 2010

PHUKET: TEMPLOS, BUDAS, CURSOS DE COCINA, LADYBOYS, ISLAS Y PLAYAS

Antes que nada, os pido disculpas si no publico con la frecuencia que me gustaría. A veces me encuentro en lugares, en los que la palabra WIFI, es poco más que inexistente. De igual manera intento que nunca pase mas de cinco días entre una publicación y otra. Aunque no lo sepáis, sois mis compañeros de viaje, porque al escribir las historias que me ocurren, es como si os tuviera presentes.

Gracias, por hacerme una señal y decirme que estáis por ahí…aunque nos separen 15.000 kilómetros. Bueno ahora un nuevo capitulo de mis andaduras por Asia….

Llego a Phuket en Ferry desde Phi Phi Island. Phuket es otra isla, una de las mas grandes de Tailandia. Y nada mas llegar compruebo que el “timo al guiri” esta a la orden del día, y una vez mas la historia se repite. Es como si muchos de los que aquí viven solo pensaran en como sacar el máximo dinero posible a los turistas, sin ninguna ética y sin ningún remordimiento. Un taxi-motorista se ofrece a llevarme a mi hotel por 150 bahts (4 euros), otro taxista, eso si de coche me pide 500 bahts por el mismo recorrido a mi hotel, pero me decanto por regatear al taxi-motorista y consigo que me lo deje en 120 bahts. Después de decirle el hotel, le pregunto como tres veces si sabe cual es mi hotel y donde esta ubicado y el motorista me dice que si. A mitad de camino para su moto y me pregunta cual es el hotel. Me quedo perplejo, y es que, desde que llegue a Tailandia, el engaño a los turistas en los sitios mas turísticos, es descarado y lamentable. Me enfado, y le digo, “tu me has confirmado que sabias cual es el hotel” el hombre sonríe, como intentando hacerse el tonto. Me dice entonces que el pensaba que era otro sitio y que el recorrido vale 150 bahts, (total es un euro mas de lo negociado), pero no se trata de dinero, es mas como uno se siente cuando trata con personajes de esta calaña. Este tipo de cosas son las que pueden acabar destruyendo la imagen turística de un país; en España tenemos también algunos taxistas de la misma clase, pero a eso hay que sumar a los carteristas que desgraciadamente parecen protegidos por la Ley.

Finalmente al llegar al hotel le doy los 150 bahts, prefiero pasar página, y no mostrar mayor atención a quien a conseguido robarme unos céntimos de euro. Pero no quiero que me mal interpretéis, la mayoría de los tailandeses son gente tremendamente educada y amable, siempre están sonriendo y como he dicho en otras ocasiones, algo gratuito y hermoso pero lamentablemente en sitios como Phuket, siempre hay desalmados a la captura de la presa extranjera.

He decido quedarme cinco días en esta preciosa isla del Mar de Andamán. En el suroeste de Tailandia, rodeado de playas preciosas y donde su población extranjera casi dobla a la de los habitantes de la misma. Cinco días que se quedan cortos, a pesar de que parece que aquí no haya mucho que hacer salvo que tomar el sol.

Mi hotel se encuentra a un kilómetro de uno de los templos mas hermosos de Tailandia, el Wat Chalong. Este templo budista es visitado por cientos de escolares todos los días, y sus adornos y acabados en color dorado, le dan una elegancia fuera de lo común en los templos budistas que había visitado hasta ahora. Como siempre las normas de comportamiento son muy estrictas (nada de bermudas, abrazarse a un Buda para hacerse la foto o pasear en bikini por sus pasillos), pero aquí la vigilancia brilla por su ausencia y al final el templo parece mas un parque temático que un lugar espiritual. Vi a varios turistas haciéndose una foto abrazados a un Buda, de manera irrespetuosa, algo impensable el que alguien lo hiciese con Cristo en nuestro país. Pero es parte de la incultura de los de siempre, y digo esto porque por desgracia he llegado a ver incluso latas de cerveza volcadas, junto a elefantes de piedra a los que los ciudadanos de Phuket veneran. Y es que hay quien confunde el no entender una religión, con no respetarla.


Una vez mas he alquilado una Scooter para desplazarme por Phuket. Tras visitar Wat Chalong me dirijo al Gran Buda (Big Budha como aquí se le conoce). Este Buda, como la mayoría de los Budas gigantes que durante mi viaje por Asia he ido encontrando, se encuentra en lo mas alto de la isla de Phuket. Hay que subir durante diez minutos empinadas cuestas donde la Scooter parece no dar mas de si. Al llegar a la cima de la montaña, se puede deslumbrar este Buda de extraordinarias dimensiones y de un precioso mármol color blanco. Aun están construyéndolo,  pero ya casi esta acabado. Mas que fieles budistas, lo que uno encuentra en este lugar son turistas, lo mismo que me he encontrado en los demás “Big Budhas” a lo que he ido.

En cuanto a Templos, poco mas que ver en esta isla. Phuket es sobretodo famosa por sus playas y también por su noche, la cual es vibrante sobretodo en la zona de Pa Tong Beach, al noroeste de la isla.

Las mejores playas se encuentran en el oeste de la isla. Kata-Karon Beach son de las mas populares. Cientos de tiendas ofrecen todo tipo de souvenirs y artículos playeros y también cientos de restaurantes con todo tipo de comida, compiten por conseguir clientes. Las aguas increíbles, mejor de lo que esperaba, por supuesto no comparables a las de Phi Phi Island, pero también muy limpias y de tímido color azulado. Lo peor son los precios. Es como si no hubiese salido de España. No se puede viajar durante varios meses cuando uno encuentra precios tan elevados. Este destino es para recién casados, a los que no les duele gastar un poco mas en su viaje de bodas, o jóvenes que no reparan en gastos, pero no para mochileros que como yo, pretenden pasar allí una semana. Por ello, me dejo caer por sus playas, pero decido hacer mis gastos gastronómicos cerca de mi hotel.

Soy tremendamente afortunado al descubrir que a escasos metros de mi hotel, se haya una escuela de cocina tailandesa. Decir que la comida resulta deliciosa es quedarse corto, pero hasta su precio resulta agradable. Por poco mas de dos euros uno puede comer un sabroso plato con marisco, acompañado con arroz al coco, coco rice como es conocido aquí (un arroz con un sabor increíble). Esa academia va a ser mi lugar de comidas los cinco días, y es que después de casi dos meses viajando, si algo he aprendido, es que cuando uno descubre un sitio que le gusta para comer, mas vale no arriesgar en otros. Y se porque lo digo.

Pero durante una de mis cenas descubro que se dan clases de cocina tailandesa por un módico precio. Así pues, ¿por qué no? Decido apuntarme y aprender a cocinar ese arroz que tanto me gusta y ese plato con “seafood” que me resulta tan delicioso. La experiencia no puede ser mejor. Ton, que así es como se llama mi maestra, me enseña algunos secretos de la comida tailandesa, y me explica que si hay una tienda de comida china en Valencia (que las hay) no tendré ningún problema en llevar a la practica esas recetas, ya que la cocina china y tailandesa usan ingredientes similares.

El tiempo pasa volando entre ollas y sartenes y los maravillosos olores, dejan entrever que la comida acabara siendo deliciosa. Tras tomar nota de todo, y de que una de sus ayudantes me hiciera mas de veinte fotos para la pagina Web de la escuela (dicen que era su primer alumno occidental), llega el momento del examen y la nota os puedo asegurar que es sobresaliente. Los que me conocéis sabéis lo que me gusta cocinar…y ya podéis preparándoos para cuando regrese a España, porque vais a tener que comer comida tailandesa si o si. Finalmente esta ha sido una cosa mas que pongo como nota diferencial y positiva del viaje, “curso de cocina tailandesa en Tailandia”.

Pero aun me quedan algunos días y quiero seguir siendo participe de todo lo que en la isla puede pasar. Veo mas con perplejidad que con admiración, que toda la isla esta cubierta de carteles anunciando peleas de Thai Boxing, pero lo mas fuerte es que los protagonistas de esos carteles que son los luchadores, salen en muchos casos con las caras reventadas, llenas de sangre, vamos literalmente aplastadas (he preferido omitir esas fotos). Aquí lo de la violencia en la publicidad y todo eso, como que no se toma en cuenta, mas bien al contrario, me cuenta un joven de la isla que cuanto mas violento sea el cartel, mas lleno estará el combate. Pero el dinero de las apuestas que estos combates mueven, es enorme. Ese es el principal motivo por el que los tailandeses acuden en masa a los combates.

Me planteo el ir o no. Pero lo siento, no me gusta la violencia y creo que si veo una pelea de esas, voy a salir mucho peor de lo que entré, por ello, aunque aquí se siga con gran pasión el Thai Boxing, decido pasar de esa “lucha” y disfrutar de cosas mas tranquilas y menos….”deportivas”. Por cierto anoche se celebraba una lucha entre el campeón del mundo y el campeón de Europa, seguro que mas de uno hubiese dado lo que fuera por haber estado en ella, pero yo no.

Hay varias opciones diferentes en la noche de Phuket. La más popular es ir a Pa Tong Beach. He olvidado comentaros que si queréis estar en el centro de todo, donde esta la marcha, los mejores restaurantes, las mejores playas, pero también los mas altos precios, debéis de coger un hotel en  Pa Tong Beach. Mi hotel esta como a veinte minutos del lugar y aunque en un principio me arrepentí, luego creo que tome la decisión correcta, estaba alejado de lo bueno, pero también de lo ruidoso y lo caro.

Pa Tong Beach es la mayor concentración de restaurantes, tiendas, y turistas de toda la isla. Pero no solo eso, también posee la mayor presencia de lady boys de toda Tailandia. Os estaréis preguntando que es eso que suena tan ¿sexual?. No vais mas encaminados, ya que a los transexuales aquí se les conoce como lady boys, algunos llegan a ser mujeres tan bellas que no averiguas lo que hay, hasta llegar a la cama. Dicen que Tailandia posee el mayor número de transexuales del mundo y que cuanto mas bella es la mujer tailandesa, mas posibilidades tiene de que sea un lady boy. De hecho, recientemente la ganadora del concurso Miss Tailandia, fue descalificada después de conocer el jurado, que no era una mujer sino un transexual, ¿Cómo se enteraron? Bueno otra candidata celosa por el resultado final decidió denunciarla. Pero lo mas curioso es que estos lady boys, lejos de ser mal mirados por la sociedad tailandesa, son mas bien admirados, ya que en la mayor parte del país, existe la creencia de que los lady boys son personas que traerán suerte a la familia.


Ladyboys en phuket  (esta foto no es mia)
Pero volviendo al tema, Pa Tong Beach esta repleto de lady boys que ofrecen masajes con final feliz. Estas jóvenes se encuentran alrededor de la calle Bangla Road, la mas popular del barrio. No os puedo decir cuantas lady boys me ofrecieron sus servicios, pero creo que superaron el medio centenar. Como sabéis no tengo ni el mas mínimo interés en descubrir esos masajes con final feliz, pero os recomiendo que si venís a Phuket paseéis por la noche por estas calles, en definitiva es como ir al Barrio Rojo de Ámsterdam., otra atracción de la ciudad que resulta muy curiosa y nada peligrosa.

Me comentaba una chica tailandesa que conocí (era chica seguro, jaja) que hay que tener cuidado en Pa Tong Beach, lo decía porque se roban carteras, y sobretodo porque si uno se emborracha, al día siguiente puede aparecer donde no debe, con quien no quiere y además, sin un euro encima. No digo que eso pase siempre, pero en caso de salir de fiesta por aquí, no perdáis nada y menos la cabeza.

Mientras que paseo por Pa Tong Beach una publicidad me llama la atención, “Visita la isla de James Bond”. Tras preguntar en varias agencias turísticas (hay decenas, las reconoceréis porque todas ponen esa frase tan inocente de “tourist information”) consigo que una excursión que sale por 2.800 bahts (casi 75 euros), se quede en 1.000 bahts (25 euros). La excursión incluye un crucero por varias islas del sur de Tailandia, paseo en kayak, buffet libre de comida y bebida (ahí conmigo palmaron pasta) y show a bordo. Pero lo mejor es que incluye pasar un par de horas en la isla donde se rodó una película de James Bond, allá por el año 1974, llamada en ingles, “The Man with the Golden Gun”. La verdad es que no se como se titularía en español, pero vamos traducido así por encima es “el hombre con la pistola de oro”. Aquí os dejo una foto de los protagonistas de la película en la isla (la primera foto del Blog que no es mía).


Así pues a la mañana siguiente inicio mi ruta hacia la isla de James Bond,  aunque realmente tiene otro nombre (Tapoo Island), pero todo el mundo la llama por el nombre de la película. Pero antes de llegar a la famosa isla, hacemos una parada para hacer kayak, por el interior de unas cuevas que se encuentran en la isla de Talu. Dichas cuevas están llenas de murciélagos, y bueno no es que el recorrido sea nada del otro mundo, pero resulta curioso ver como cientos de murciélagos están sobre tu cabeza mientras que intentas llegar al otro lado de la isla.


Al regresar al barco un amplio buffet nos espera. Estoy contento ya que es de las pocas veces que un tour operador esta cumpliendo según lo previsto. No falta comida para nadie, y mientras que picamos de aquí y de allá, llegamos a James Bond Island. Al andar unos metros nada mas entrar en la isla, uno encuentra su imagen mas famosa, una roca solitaria sobre el mar. Ahí es donde se rodó “esa popular escena”, pero vamos la isla no tiene nada mas y cuando digo nada mas, os aseguro que no exagero. Estar dos horas allí es poco mas que una ofensa al espíritu del viajero, pero bueno, en mi caso  aproveche para descansar, y dar un paseo por la docena de puestecillos “hippies” que allí se encuentran.


Al finalizar la excursión los marineros del barco hacen un show de karaoke y baile al estilo “break dance” con el que realmente acabas riéndote porque es demasiado cutre. Pero ¿que mas queremos por 25 euros?

Y poco mas que contaros de Phuket. Decidí al llegar a esta isla descansar un poco, no correr tanto buscando un nuevo destino y creo que fue una decisión acertada. Mi proximo destino Bangkok.

Como siempre queridos amigos, aqui os dejo unas pocas imagenes mas.









viernes, 26 de noviembre de 2010

PHI PHI ISLAND, UNA PUERTA AL CIELO

Atardecer en Phi Phi Island
  
Cielo y mar se confunden en las islas Phi Phi (Koh Phi Phi)
En el Ferry de la tarde, me despido de Rafael e inicio mi viaje con destino a una de las islas mas hermosas del mundo, Koh Phi Phi en Thailandia. Para llegar a Koh Phi Phi, no es sencillo, cambios de medios de transporte e incluso pasar una noche de hotel en el camino si no consigues llegar a tiempo al Ferry (algo casi seguro). 

En mi. ultimo post, comentaba que empezaban las complicaciones y es que como digo, acababa de salir de Malasia, desde Lankawi en el Ferry, (su precio menos de cuatro euros), pero al llegar a Satun, pueblo portuario de Thailandia, mi suerte se giró. Nada mas llegar al pequeño y vacío puerto de esta población, un agente de venta de billetes me agobiaba pretendiéndome vender un billete de autocar a precio de escándalo a Krabi, la ciudad que me conectaba por mar con Koh Phi Phi. Lo mas increíble es que la policía de inmigración estaba permitiendo esa situación, casi mas pendientes de si aceptaba el billete que de comprobar que mi visado y mi pasaporte eran correctos. Como a estas alturas uno ya es zorro viejo con este tipo de agencias, le digo al agente que me deje en paz, que he de pensar que he de hacer. Decido entonces coger un taxi, y casualmente el único conductor de taxi es el mismo agente que pretende venderme el billete de autocar. Le pregunto por el precio para ir a la ciudad y me pide lo mismo que por el billete de autocar a Krabi. No daba crédito, pero el colmo viene cuando decido cambiar de moneda y ¿adivináis quien era el que cambiaba la moneda? Si! el mismo agente de ventas! Bueno, era una situación como poco surrealista. No me dejaba mas opción que aceptar su deshonesta y mafiosa oferta. Me pide 600 bahts (13 euros) por ir a Krabi, cuando era consciente de que su precio real no pasaba de 300 bahts. Consigo rebajarle 100 bahts y al final compro el billete por poco mas de 11 euros. Lo peor era que llegaría a Krabi de madrugada y buscar un hotel para así al día siguiente salir hacia Koh Phi Phi podría ser como poco una odisea. El agente me lleva en su destartalada moto a la estación de autobuses de Satun, no sin antes pasar por un poblado que daba miedo en la que hizo una parada “extraña” y que prefiero no averiguar el porque.

Pero al menos el agente tuvo la delicadeza de no dejarme solo en la estación de autobuses. Fueron dos horas de espera en la que ranas, mosquitos y todo tipo de insecto me atacaba. Al fin, y tras contarme el agente todas sus penas, cojo el autocar que me iba a llevar a Krabi. Tras cuatro horas de viaje, llego a las doce la noche a Krabi. Solo hay un elegante hotel cerca de la parada. El precio, 12 euros me tiraba para atrás, pero al final decido cogerlo, ya que una fuerte lluvia me quitaba las ganas de iniciar ninguna búsqueda. Se que pensareis que 12 euros no es caro, pero nunca he pagado mas de 7 euros por sitios geniales.

 
 A la mañana siguiente cojo el Ferry al paraíso por excelencia,  y si, ya se que Lankawi para mi era un paraíso, pero es como probar primero el arroz a la cubana y luego una paella. Tras pagar 300 bahts (menos de 10 euros) y tras hora y media de navegación llego a Koh Phi Phi, la isla no solo famosa por sus aguas azul turquesa, sino también porque aquí se rodó la película “la playa” de Leonardo Di Caprio.


Este es el lugar en el que uno quiere morir, es como una puerta de entrada al cielo ¿recordáis el típico salvapantallas de isla de arena blanca y con agua cristalina? Bueno esto es Koh Phi Phi y todas las islas que la rodean.

Decidí coger mi hotel por Internet ya que imaginaba que las agencias me asaltarían nada mas llegar a puerto, como por cierto hicieron. Me permití otro de esos caprichos, que al final salen baratos. Me alquile un bungalow privado en medio de la isla, rodeado de palmeras y junto a un lago. Su precio, unos 20 euros noche. Y lo mejor su dueño, un ingles que se desvivía porque todo estuviese correcto. Lo dicho, otro de esos aciertos, tan necesarios cuando uno viaja solo. Pero nuevamente no me sentía solo. En la misma recepción del hotel conozco a dos madrileños, con los que acabo pasando los dos días de mi estancia en la isla. Gente majísima y que casualmente van a hacer la misma excursión que yo quería hacer. 

Pero antes de seguir os pongo en antecedentes. Koh Phi Phi fue devastada por el Tsunami del 2004, el que mató a mas de 200.000 personas, y ahora posee un parque donde se recuerda a las victimas. Paseando por esta isla y por las islas colindantes, uno puede encontrar decenas de carteles de advierten hasta donde llego el Tsunami y carteles de evacuación en caso de un nuevo Tsunami. En mi camino hacia mi bungalow, reconozco al hotel desde el que se grabaron las famosas imágenes de la ola producida por el Tsunami, entrando en el jardín y la piscina del mismo. Me resultaba bastante fuerte.


Pero voy a dejar de hablar del pasado mas horrible de la isla. La isla entera se puede recorrer andando. Es una isla con dos playas principales, llena de calles estrechas y una población solo de turistas Sus aguas son de un fuerte azul turquesa que deja boquiabierto a cualquiera y las playas tremendamente hermosas de día y de noche. Cientos de restaurantes juntos unos con otros se encuentran por toda la isla y los precios de la isla son económicos, comparados con los sitios turísticos españoles.

Comer sin privarse de nada en un buen sitio puede salir por menos de 4 euros y tomarse varias copas por la noche…gratis, ya que decenas de jóvenes europeos que están trabajando a cambio de comida y alojamiento, te ofrecen invitaciones a sitios con los que se incluye el “cubalitro”, aquí conocido como “Bucket” y uno, combinando las invitaciones, puede coger una impresionante borrachera por el precio de cero euros. Como sabéis paso del alcohol, pero reconozco que me bebí un par de Buckets por la cara.



Además esta isla ofrece gran variedad de actividades que son realmente apasionantes. La mas popular además del submarinismo (diving),es la del tour que te lleva a las islas cercanas, donde se puede hacer snorkel y acabar el día viendo atardecer desde el mar. Me decanté junto a mis nuevos amigos los madrileños, por esta actividad. El recorrido simple y tremendamente hermoso. Snorkel junto a la isla de Koh Phi Phi, nadar en Bamboo Island, visita a Mosquito Island, visita Monkey Island, hacer snorkel junto a la cueva de los vikingos, visita a Maya Bay (la isla de la película de “la playa”) y ver atardecer de regreso al bungalow. El coste de la excursión que incluía una pobre comida fue de 400 bahts, es decir 10 euros, de todas maneras un precio muy bajo comparado con los touroperadores de Phuket. No ir, es poco menos que una ofensa al sentido común. Pero ¿Qué ofrecen estas islas?

Bamboo Island

Arena blanca por todas partes, verdes palmeras y lo mejor el agua mas azul y cristalina que jamás he visto. Unos pocos nativos nos esperan a la llegada, pero en mi caso decidí dirigirme a la playa, es un paisaje demasiado hermoso para creer que es real. Es simplemente una de estas cosas, que uno no puede explicar, hay que verlas. Sin duda mi isla preferida.





Monkey Island

Obviamente el nombre de la isla es por los cientos de monos que en ella viven. Cuando llegamos, decenas de monos se acercaban para que les diéramos comida. Sus playas igual de hermosas que las de todas las islas del entorno, pero poco mas que ver en ella. Al menos pasas un buen rato riéndote con los monos.




Mosquito Island

Lugar de parada para hacer snorkel. Miles de peces de colores me rodean. Los corales, no son gran cosa debido al Tsunami y la zona tardara en recuperarse, pero el hecho de bajar varios metros hacia la profundidad y ver la gran biodiversidad que hay, te hace sentirte muy bien. Es otro de esos lugares mágicos, en este caso bajo el agua al que es imprescindible ir.



 Maya Bay Island

La mas esperada. Sus playas se hicieron famosas en todo el mundo tras rodarse aquí la película “la playa” con Leonardo Dicaprio como protagonista. Desgraciadamente la marea ya ha bajado mucho porque ya es tarde, y el sol no brilla sobre sus aguas como cuando es mas temprano, pero aun así, la belleza de la isla es paradisíaca. Al entrar en la isla, esta hace un efecto, como si la playa (la de la película), no se viese, es como si estuviese escondida dentro de la isla.

Luego puedes atravesar la isla de una lado a otro hasta llegar a su otra playa principal, en menos de veinte minutos. Algunos operadores, te ofrecen la posibilidad de pasar allí la noche, en tiendas de campaña,  pero eso suena tan caro que ni siguiera me lo planteo. Independientemente de eso, la pequeña isla esta muy bien acondicionada y te invita a pasar al menos un buen rato en ella.

Atardecer en Koh Phi Phi Island

“Sunset”, eso es lo que la mayoría de los que hemos cogido el barco deseábamos que llegara.  La canoa de bambú en la que vamos, para sus motores unos 500 metros antes de llegar a Koh Phi Phi. Entonces el cielo adquiere ese color rojizo característico y podemos disfrutar de un maravilla mas del mundo. El silencio envuelve a la barca y no tienes ninguna prisa por volver a Koh Phi Phi.


Y eso a lo que se refiere un día en la isla. Pero la noche es vibrante. Toda la marcha esta en las playas y nada tienen que envidiar a las playas ibicencas. La playa adquiere un color especial al anochecer porque todos sus pubs tienen miles de bombillas de colores y cientos de velas están sobre la arena de la playa. Incluso hay quien se atreve a lanzar farolillos hacia el cielo, creando con todo esto, un precioso crisol de luces y colores. Pero lo mas llamativo es un espectáculo del que toda la gente habla. Son cuatro jóvenes que en el Pub Hippies, durante una hora deleitan a los clientes con malabarismos, en los que el fuego es su principal protagonista, una atracción majestuosa, algo que por desgracia no pude dejar fotografiado con mi cámara. La música, la gente guapa del lugar, la playa, la brisa…todos estos ingredientes hacen que Koh Phi Phi, sea la isla perfecta para pasar unas increíbles vacaciones.

Una imagen vale mas que mil palabras, así pues aquí os dejo algunas fotos del entorno. En mi opinión es una isla que uno debe de visitar seguro, si se viene al sudeste asiático. Como he dicho, Koh Phi Phi es una puerta entre el cielo y la tierra.

Emprendo mi viaje  a Phuket, con la esperanza que las playas de esta importante isla tailandesa, estén a la altura de las de Phi Phi, aunque creo que eso será bastante difícil. Aun no he decidido cuantos días me quedare en Phuket, pero vamos, todo dependerá de lo que allí me encuentre.












domingo, 21 de noviembre de 2010

NAVEGANDO HACIA LAS ISLAS DE PENANG Y LANKAWI




¿Qué es para vosotros el paraíso? Bueno, creo que para la inmensa mayoría de las personas, puede ser una isla con playas de fina arena blanca, aguas cristalinas y hermosas palmeras.

En el noroeste de Malasia, casi en la frontera marítima con Thailandia, hay decenas de hermosas islas, pero las que mas destacan son Penang y Lankawi.


Penang es una isla mas famosa por sus edificios que por sus playas. Pero la mayoría de los turistas que hacen escala en esta isla, son conocedores de ello. Decidí reservar un hotel diferente, lejos de apartamentos cutres y ruidosos. Otro acierto, (no siempre me he de equivocar). Hutton Lodge, es una pequeña mansión,  ubicada en el centro de Georgetown, en la isla de Penang, cerca de todas las zonas de moda y centros comerciales y por unos 8 euros uno puede dormir en una habitación compartida o por un poco mas, tener una habitación privada. Por cierto Georgetown fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Como mi instancia en Penang no iba a ser superior a cuatro días, me organicé un itinerario bastante completo, lo que no imaginaba es que ese “planning” iba a verse alterado (para bien) por un desconocido. Cuando me dirigia a ver la playa, un sevillano llamado Rafael que también viajaba solo, se me presentó. Empezamos hablar y antes de que acabase el día ya habíamos decido viajar juntos los próximos días. En ningún momento de este viaje, me he sentido solo, y si ademas tienes la suerte de conocer gente como Rafael, el viaje puede acabar siendo perfecto.

Pero volviendo a la playa, como decía es cierto que las playas de Penang no son su fuerte (la de la foto principal es de Lankawi). Son similares a las de Valencia, no son malas, pero tampoco espectaculares. A pesar de ello los atractivos de Penang son enormes. Decenas de mansiones, algunas de ellas abandonadas, se agolpan junto a la playa.

Y en Georgetown, pueblo principal de la isla, los templos de las principales religiones del país, así como sus edificios coloniales, son de gran belleza. Parece que alguien decidió crear una pequeña “Paris” en esta isla. Por cierto, en esta isla se rodó parte de la película “Ana y el rey” y entre los escenarios mas famosos, el edificio que se encuentra junto al ayuntamiento, uno de los mas hermosos de la ciudad.

Pero la mejor manera de recorrer la mayoría de las islas, es alquilando una Scooter. Las hay automáticas por 30 RMB diarios, (unos tres euros). Así pues Rafael y yo, alquilamos una moto cada uno y decidimos cruzar toda la isla por sus cuatro puntos cardinales. El deposito lleno por menos de un euro y con la ilusión de aventurarnos a la búsqueda de hermosas calas y pequeñas poblaciones, olvidadas por los turistas. Y como esperábamos, la ruta no nos decepciono. Miles de palmeras y frondosa vegetación nos acompañaban en nuestro recorrido y perdidas calas se dejaban entrever a nuestro paso.

Al mismo tiempo, cuando nos cruzábamos con los nativos, estos nos saludaban siempre con una sonrisa. Era algo que me emocionaba, siempre esa sonrisa en cualquier parte, algo tan gratuito, pero a veces tan escaso en nuestra “avanzada” sociedad. Y es que los malayos no saben lo que es el stress, no entienden de agobios, ni de enfados en el tráfico, ni parecen tener preocupaciones, solo sonríen constantemente, como si los problemas no fueran con ellos.

Durante horas recorrimos Penang,  pero esas horas se hacían cortas ante tanta maravilla. Y tras cruzar la isla, nos reservamos algo de gasolina para ver sus templos. El mas importante se encuentra a las afueras de Georgetown y es un templo budista. Su cúpula blanca se divisa desde toda la ciudad y vale la pena visitarlo, ya que nada tiene que envidiar a los templos que se encuentran en China. Pero además de ese Templo budista, están el Templo musulmán con sus elegantes minaretes negros, o el Templo indio con decenas de figuras enroscándose hasta la cúspide de su techo central. Lo dicho, los Templos de Penang son tan hermosos que pueden competir con los mejores del país.

Pero Penang también es famoso porque posee una extensión del Parque Nacional de Malasia conocido como Taman Negara.


Es el lugar ideal para los apasionados del Trekking y del senderismo, y aunque a mi no me llama mucho eso de andar entre ramas, reconozco que me quede impresionando ante la majestuosidad del mismo. Recorrer el parque junto a la playa te puede llevar todo un día, y Rafael y yo decidimos hacer tan solo una de sus dos largas rutas. Por cierto, se puede acampar en el, ya que hay buenas instalaciones para ello. Lo dicho muy recomendable.

Y tras pasar cuatro días en Penang, nos dirigimos a Lankawi. Si, este es el paraíso playero del que os hablaba. Uno de los lugares mas hermosos que jamás he visto, y donde la temperatura no baja de los 30ºC.

Desgraciadamente solo teníamos un par de días aquí, ya que había decidido conocer varias islas similares, y en Lankawi a diferencia de Penang, no es necesario estar mas de dos o tres días. Por ello nada mas llegar alquilamos otra Scooter y nos dirigimos al que es su mayor atracción, el “cable car”, un teleférico que se eleva casi mil metros de altura, y que tiene una subida tan vertiginosa, que uno se lo ha de pensar antes de cogerlo.

El teleférico además de ofrecerte unas vistas increíbles de la isla y de las islas cercanas, también te da la posibilidad de poder cruzar un puente (el mas extraño que jamás he visto), que con su forma curvada crea una mejor vista de la isla. Al llegar a la cima de la montaña, los casi mil metros de altura dejan ver un paisaje espectacular. Miles de árboles impiden ver otra cosa que no sea el color verde de la isla. Junto a ella decenas de pequeñas islas, algunas de ellas vírgenes, adornan el paisaje malayo. Por cierto, el precio del teleférico es de 7 euros y por supuesto, vale la pena pagarlo.

Pero llega el momento mas esperado para mi. Quería descubrir las famosas playas de las que tanto había oído hablar. Junto a mi hotel se encuentra la más popular de estas playas y también el mercado mas turístico de la isla. La playa de Pantai Cenang es ese paraíso soñado. Fina arena blanca, aguas cristalinas y hermosas verdes palmeras. Un paisaje hermoso, tanto que uno quiere ser participe de el, sea como sea. De igual manera, a pesar de su belleza, soy conocedor, de que esta playa esta muy explotada y de que las mejores playas, mas hermosas si caben que esta, se encuentran en las islas cercanas, por lo que me reservo el esplendor de ellas, para mas adelante.

Como no es temporada alta, Rafael y yo somos afortunados, ya que apenas hay turistas y la imagen de anuncio televisivo es perfecta, y uno no quiere marcharse jamás de ese lugar. Lo mas negativo del entorno son los muchos hoteles que se encuentran junto a la orilla, algo impensable con nuestra Ley de Costas, y que aquí poco mas que llegan al agua. Desgraciadamente el afán de dinero, ha llegado hasta este lugar. Tan solo hace veinte años que la isla cambió, nos comenta un taxista. Pero sus gentes que entonces eran pobres, vieron una salida a su situación con la llegada de turistas, y no dudaron en dejarse seducir por el billete que todo lo puede. Hoy todos tienen trabajo, pero comprar una casa aquí es casi imposible. Es un destino privilegiado, para unos pocos.


Mustafa que así es como se llama el taxista que nos va a dejar en el Ferry para que continuemos Rafael y yo nuestro viaje por separado, nos comenta, que el símbolo de la isla es un águila. Yo ya lo sabía, ya que no solo es un símbolo de Lankawi, también es un símbolo de Malasia. La estatua de un águila de enormes dimensiones recibe a los turistas que llegan en Ferry a esta isla. Lankawi, en malayo significa, “la roca del águila” y es que a su llegada a esta isla, los nativos al encontrar tantos águilas en ella, le pusieron dicho nombre. Durante nuestra estancia solo vimos un águila, pero en nuestros desplazamientos en moto por la isla, otros animales se cruzaban en nuestro camino: monos, bueyes, gallinas, etc. Era como estar de Safari, pero con animales mas domesticados. 

Y como digo, debemos de proseguir nuestro camino. Rafael se dirige hacia la India, lugar donde esta estudiando un Master. Yo me dirijo en Ferry a Thailandia, con la intención de llegar a Koh Phi Phi, la isla de la película “la playa” de Leonardo Dicaprio. Pero como os comentare en el siguiente capitulo, las cosas empiezan a complicarse, aunque como siempre digo, todo forma parte de esta aventura.